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sábado, 31 de octubre de 2009

Entre el código y la partitura

Mariela de Lucas es una mujer que se ha infiltrado hasta lo más profundo de los territorios dominados por el género masculino. No solamente es baterista de rock clásico en dos bandas, también es programadora de videojuegos para teléfonos celulares, y en ambas ramas las mujeres son escasas. En esta entrevista conoceremos sus inquietudes y los caminos que la llevaron hacia donde está actualmente.

Mis inicios en la música no fueron en la batería. Iba a clases de piano a un pequeño instituto ya que mis papás me habían regalado un teclado electrónico. Como el lugar era tan pequeño, todas las clases las daban en un cuartito, donde estaban los demás instrumentos y también la batería. Al ver a los estudiantes pegarle a los tambores y platillos me llamó la atención que eran todos hombres. Así que me cambié, ya que no hay muchas mujeres bateristas me pareció buena idea. De hecho sólo conozco a otras dos bateristas en la ciudad.
Mi cambio de instrumento sucedió cuando tenía como quince años. Afortunadamente mi familia no puso ninguna traba ni objeción, como he escuchado que sucede con otras muchachas. En realidad, mis padres y familiares habían sido indiferentes hasta hace poco.

Comencé tocando formalmente a los dieciocho, cuando entré a la universidad y me uní a la orquesta Contratiempo del CETYS. Después me uní al grupo D’Vintage, con quienes ya tengo cinco años tocando y nos enfocamos en el rock clásico de los años sesentas y setentas. Me han comentado que gracias a que tenemos una baterista del sexo femenino a la gente le llama más la atención nuestras presentaciones, y sin duda alguna aplauden mucho. Ya nos hemos presentado en muchos escenarios de la ciudad y con considerable éxito.

Recientemente entré a la banda Paris 71, que es un tributo a la banda The Doors y también hemos tenido muy buena aceptación. Incluso me ofrecieron un espacio como locutora de rock clásico en la estación 98.3 de la ciudad, y esto como resultado de mi participación en estos grupos.

Cuando recién entré a la orquesta Contratiempo también comencé mis estudios de cibernética y al terminar estuve trabajando con mi madre en su agencia de seguros, sin embargo era un trabajo muy tedioso y repetitivo. Hasta cierto punto estaba desesperada y ninguna maquiladora de la ciudad estaba contratando, en parte por la crisis económica que ya se vino fuerte. Así que hice la prueba en una empresa desarrolladora de videojuegos para celular y fui aceptada.

Afortunadamente me siento muy a gusto en ese ambiente, aunque también hay muy pocas mujeres, menos del 10%. Me interesan los videojuegos, antes me ponía a jugar Mario Kart diario a la hora de la comida, pero ahora lo he dejado por un lado. Supongo que como es mi trabajo no me llama tanto la atención.
Algunos de mis compañeros de trabajo van a verme a los conciertos y parece que les gusta. He pensado que quizá hay una manera de combinar la música con la programación, sobre todo cuando ahora hay tantos juegos “musicales” o rítmicos, pero hasta ahora no se me ha ocurrido ninguna.

1 comentario:

Anónimo dijo...

por si fuera poco esta bien chula la dama :S:S HAY DIOSIIIITOO TA TEMBLANDO OTRA VEZ!! HOHOHO